Los secretos
del corrector

Claro: Ideal para iluminar áreas específicas. Usa el tono claro en el lagrimal para abrir la mirada y en el puente de la nariz para dar luminosidad.

Medio: Usa el tono que se funda con tu piel para cubrir imperfecciones y unificar tu tono.

Oscuro: Perfecto para contornear. Aplica en las áreas donde deseas dar profundidad, como debajo de los pómulos, en los laterales de la nariz y a lo largo de la línea de la mandíbula.

Lagrimal: Aplica una pequeña cantidad de corrector claro en el lagrimal y difumínalo suavemente. Esto te dará un efecto de ojos más despiertos y brillantes.

Nariz: Traza una línea fina con el corrector claro a lo largo del puente de la nariz y difumina para afinar y dar luminosidad.

Ojera: Luego de haber elegido el tono que mejor vaya con tu piel, colocalo en la ojera en forma de triangulo invertido. También traza una linea pequeña en la terminación del ojo para dar una impresión mas foxy.

Pómulos: Con el tono oscuro, dibuja una línea debajo de los pómulos y difumina hacia arriba para dar definición y estructura al rostro.

Nariz: Aplica el corrector oscuro a ambos lados del puente de la nariz y difumina bien para lograr un efecto de nariz más estilizada.

Mandibula: Aplica a lo largo de la línea de la mandíbula para definir y dar una apariencia más angulosa.

Luego difuminar correctamente.

Corrección de Ojeras: Usa el tono medio que se mezcle con tu piel para neutralizar ojeras. Aplica en forma de triángulo invertido debajo de los ojos y difumina.

Imperfecciones: Aplica el corrector del tono de tu piel directamente sobre granitos o manchas y difumina con cuidado.

Durabilidad: Sella el corrector con un poco de polvo traslúcido para prolongar su duración y mantener el acabado impecable durante todo el día.